La meditación a menudo es concebida por los desconocedores como un terreno místico, hermético y al tiempo tentadoramente exótico y bucólico, pero todos podemos paladear este sabio método, enormemente eficaz y del cual no sabremos prescindir después de practicarlo, eso sí, de la única forma adecuada: con sinceridad.
No deben existir pretensiones ni dificultades o excusas; no debemos dejarnos desorientar por quienes digan que no podemos conseguirlo sin adoptar dificultosas posturas o sin ejecutar profundos Mantras al tiempo que recorremos sinuosos caminos a lo largo de nuestros chacras energéticos.
Todas estas técnicas son reales y altamente beneficiosas, pero a muchos los alejan de iniciarse de una forma más natural y no por ello menos beneficiosa, tan solo diferente y en armonía con su forma de actuar, digamos más tradicional.
La meditación, sencillamente, está al alcance de todos porque va intrínseca en nuestro ser, tan solo debemos re-descubrirnos, siendo más sencillo de lo que parece.
Eso sí, métodos los hay, algunos muy conocidos por ser la esencia originaria y de práctica habitual en la rutina de adeptos que continúan la búsqueda con mayor experiencia.
Querer
La meditación que te ofrecemos aquí tiene un significado más sencillo, aunque radica en ella un trabajo inicial que no debería ser más dificultoso que el de lanzarnos a una piscina de agua fría.
Debemos querer, con toda la humildad posible, ser conscientes de que estamos perdidos, para que un ego mucho mayor al que sostiene nuestras emociones angustiosas pueda ser observador objetivo de esta actividad mental.
El primer paso es reconocer que somos presa de un estado mental caótico, si no es así, la meditación de la que hablo aquí no te interesa.
A pesar de lo que nos sugiera el ego pequeñito, el agitado y vanidoso, nuestra mente dispone de toda la información y sucesos de una forma aparentemente ordenada, pero las emociones más vívidas no dejan de estar latentes en la superficie de nuestra conciencia, de esa forma cualquier problema o situación en la que debamos centrarnos se verá alterada por un suceso que nos ocurrió anteriormente y que ineludiblemente suele ir acompañado de muchísimos más, desde que nacimos.
Una parábola oriental hace alusión a este hecho de una forma muy clara cuando asemeja el estado de nuestra mente con el de un recipiente con agua y barro que al estar en continuo movimiento enturbia la superficie con el lodo y al mantenerlo en reposo éste se deposita en el fondo ofreciéndonos el agua clara.
Esa es la clave: la calma. Además, según aquella metáfora, el lodo reposado procura además que la semilla de la flor de loto pueda enraizarse y fructificar.
Hagamos así una buena lectura de aquellos mensajes que nos alientan a aprovechar la vida, a no dejarnos nada por hacer y a vivir el momento y vivamos justo ese momento, pues corremos el riesgo de que al hacer tantas cosas y con tanta obcecación nos lo perdamos casi todo, porque vivir es sencillamente ser conscientes.
De qué nos sirve que nos ocurran 2000 sucesos extremadamente rápidos cuando lo que importa es que vivamos con conciencia, aunque solamente sea uno de ellos y extraigamos de él toda la lectura que nos ofrece.
Tras una práctica adecuada de meditación, un suceso tan solo, incluso si es tan sencillo como observar una planta, nos parecerá vertiginosa y maravillosamente importante.
Como decía anteriormente se trata de determinación y humildad, de querer realmente y lanzarse a esa hipotética piscina.
Empezar reconociendo la necesidad de auto-observarte ya tiene su trabajo, por lo que no debemos pretender conseguir en los inicios alcanzar el Nirvana, sino observarnos, analizar nuestro momento con la auto-crítica de nuestro Sabio interior y de nadie más.
Cómo
El significado más adecuado que encontré jamás sobre el concepto de meditación es “sentarse en paz”, por lo que la postura a adoptar ha de ser la más cómoda, pudiendo ser tumbados, sentados o en pie, evitando obviamente cruzar cualquier miembro, manteniendo la columna vertebral erguida y entrecerrando los ojos para concentrar nuestros pensamientos tanto en el exterior como en el interior.
Existen métodos también muy sencillos y eficaces al tiempo que caminamos, o escuchamos música e incluso observando un cuadro o un sugerente y fascinante Mandala.
A partir de aquí, nuestro trabajo empieza tal y como dije, por reconocer a nuestros egos y procurar mantener en reposo el lodo que embarra nuestra superficie mental.
Para ello, una técnica infalible tras varias prácticas es el reconocimiento de la respiración.
Lo principal es abrirnos e iniciar la búsqueda, en cuyo Camino encontraremos aquello que vibre con nuestra misma frecuencia, es decir, que nos estimule y facilite nuestra iniciación.
Algunos expertos orientales nos ofrecen una preciosa metáfora donde nos muestran el paralelismo de nuestra práctica a una montaña con nubes y que nos hace comprender que nuestro enraizamiento o postura adecuada debe ser como el ésta y nuestros pensamientos los de unas nubes borrascosas que cubren la cima, nuestra mente, y a las que debemos escampar mediante el viento de nuestra respiración.
En la respiración, como veremos, radica la base para que nuestros pensamientos tal y como aparezcan reposen en el fondo. Nuestra intención y concentración debe dirigirse hacia nuestra respiración, debiendo hacerla de forma natural al inhalar y lentamente al exhalar, concentrándola en el abdomen a modo de respiración diafragmática.
Una técnica para expulsar el aire lentamente es realizar una inaudible “h” aspirada, con el fin de obstaculizar el paso del aire que sale, de esa forma, lentamente.
Es útil al inicio contar estas respiraciones, por ejemplo en sentido descendente de 10 a 1, lo que nos ayudará a no distraer nuestra atención sobre los numerosos pensamientos que nos invaden y si es así, ser conscientes de cuándo ha ocurrido esto y volver de nuevo a la cuenta.
También podemos utilizar otro método similar que además nos acerca al budismo tibetano, sería utilizar una mala (cuentas o rosario, como se denominaría en las tradiciones cristianas) con el que nos permita seguir, mediante Mantras u oraciones, la cuenta de sus perlas o semillas, 108 en el caso de los collares y 9, 22 o 27 en las de muñeca.
Una vez sosegada nuestra mente y tras un periodo de práctica adecuado, procederemos a la meditación.
Un tema o suceso sobre el que extraer una conclusión no contaminada, o una interesante técnica de introspección arquetípica que nos de claridad en el Camino de nuestra evolución, las posibilidades y beneficios de la meditación son enormes y tan solo tú tienes la respuesta sobre lo cierto de estas consideraciones.
Esto tan solo es el inicio, sin mayores pretensiones tal y como indicaba al principio.
Técnicas avanzadas o ejemplos sobre profundas introspecciones son merecedoras de un Tratado para sí, además y a ser posible, acompañadas de una experimentada guía presencial.
Pero tan solo con las sencillas prácticas propuestas a continuación, en nuestro dormitorio, en el estudio, trabajo o incluso en el autobús, quedaremos sorprendidos de ver cómo vamos alterando favorablemente nuestro estado de conciencia y lo útil que nos puede resultar.
A partir de aquí y tras establecer este primer contacto, quien busca encuentra este anhelado contacto contigo mismo. Es el inicio.
La verdad está muy cerca, el verdadero tesoro se encuentra muy cerca, ni es complicado ni está lejos… ¿Somos incapaces de verlo? El Sutra del Loto.
Practicar la meditación
La meditación es un método que nos permite armonizar las funciones de los órganos y nos ayuda a mejorar su funcionamiento.
Esto empieza con la transformación del cuerpo, la respiración y la mente, así como la reducción de la carga en el sistema nervioso simpático y gradualmente expandiendo los límites de la concentración del ego hasta que la existencia de este es prácticamente olvidada.
En la meditación taoísta nuestro objetivo principal es respirar sentado para tranquilizar nuestra mente y a través de la respiración, concentrar nuestro Qi en el DanTian. Cultivar el espíritu y por tanto, nos recuerda el Maestro Tian Cheng Yang, fundamento de la práctica del Xiu Lian.
La razón por la que uno tiene problemas tales como codicia, odio, intolerancia y resistencia a la autorreflexión y razonamiento reside en su subjetividad excesiva.
La gente con tal mentalidad cree que a pesar de que están separados de todas las cosas, nada debería contradecir su pensamiento subjetivo.
La meditación nos permite fortalecer la determinación y cambiar el temperamento. Físicamente, nos ayuda a recobrar la vitalidad; psicológicamente, da una esperanza nueva, así como una comprensión nueva del ambiente que nos rodea.
Los efectos de la meditación provienen, sobre todo, de concentrar la mente en un punto, ya sea abstracto o concreto, pudiendo alcanzar la concentración en cualquier posición: caminando, de pie, sentado o acostado.
La Relajación y el Enraizamiento. Base de la meditación
Solamente cuando estés relajado estarán abiertos todos los canales de Qi.
Para conseguirlo, es interesante concienciarnos en tres etapas de la meditación taoísta hablamos entonces de tres niveles, siendo en el orden:
- Song Jing o tranquilizar el cuerpo
- Xin Jing o tranquilizar el corazón, es decir la mente, en consecuencia de tranquilizar el cuerpo
- Shen Jing o tranquilizar el espíritu y como consecuencia de los dos anteriores
En toda práctica es importante estar bien apoyado, enraizado a la tierra en contacto con ella y en perfecto equilibrio. Para enraizar el cuerpo debemos imitar a los árboles, con sus raíces bajo tierra y no nos referiremos tan solo a la estabilidad física sino a la actitud y expresión en el movimiento si lo hubiese. Después debemos aprender a conservar la concentración. Una concentración estable hará que el Qi se desarrolle de forma homogénea.
Confucio nos dijo:
Primero debes estar tranquilo; luego, tu mente podrá estar serena. Una vez que tu mente esté serena, estará en paz. Sólo cuando estés en paz, serás capaz de pensar y progresar finalmente.
Hemos de regular la Esencia, esto significa conservarla, no perderla y convertirla en Qi vital sin que haya desperdicio, procurando su almacenamiento. Hasta que no hayamos almacenado suficiente Qi no seremos capaces de hacerlo circular por los canales.
Relajar el cuerpo
Realmente, para realizar una meditación no tenemos que adoptar ninguna postura en particular. Podemos practicar en cualquier sitio y durante cualquier límite de tiempo, de pie o sentados y en cualquier entorno o situación.
Aún así, para buscar la experiencia de la meditación taoísta el método más adecuado y efectivo es adoptando la postura del «loto completo», aunque alcanzar un estado de comodidad en esta posición nos requerirá un largo tiempo y en el que posiblemente deberemos padecer algún entumecimiento en las piernas, tensión o dolor, pero que también formará parte del proceso y determinación para vencer las no pocas adversidades en esta aventura de introspección que nadie te prometió que fuese fácil.
Una vez escogida nuestra postura y la música o Mantra que pueda acompañarnos en este viaje, en orden descendente, con consciencia y detenimiento, procederemos a explorar todas y cada una de las principales partes de nuestro cuerpo, dándoles la atención que merecen y sintiéndolas tanto de forma externa como interna, concediéndoles un estado de total calma y relajación tras agradecer la función que tan maravillosamente ejecutan en su estado más activo.
Es interesante atender especialmente a las zonas del cuello y hombros, ya que solemos soportar aquí tensiones crónicas que pueden pasar desapercibidas.
Envía aquí tu mensaje más profundo y consciente acompasándolo con profundas inhalaciones.
Independientemente de la posición adoptada, recuerda mantener la espalda recta pero relajada y procurar que los ojos se encuentren en todo momento entreabiertos, y dirigiendo la mirada hacia abajo, aproximadamente a tres o cuatro metros delante nuestro. La cabeza y espalda rectas, con la corona (el punto energético Bai Hui) hacia el Cielo como colgando de un hilo. Nuestra lengua siempre en el paladar (el punto Tian Zie) para unir el Qi del Yin y del Yang.
En el práctica taoísta iniciaremos la meditación en el orden establecido, realizando el sello de Xiu Lian, después colocaremos la lengua en Tian Zie y a continuación entornamos los ojos. Cuando finalicemos la práctica, primero bajaremos la lengua, después deshacemos el sello y por último abrimos los ojos.
Un fase muy importante recomendada por los Maestros, es la denominada Tui Fu, que significa recoger la meditación, para ello, una vez abrimos los ojos estiramos las piernas y apoyamos las manos en las rodillas y nos mantenemos durante un buen tiempo de forma relajada en reposo, sin pensar en nada.
El sello de Xiu Lian
Este gesto taoísta, a modo de saludo, lo utilizamos en las prácticas corporales internas colocando las manos cruzadas una dentro de la otra, si eres mujer la mano derecha estará situada por fuera y el pulgar de ésta quedará recogido entre el índice y el pulgar de la mano izquierda, tocando el centro de su palma; si eres hombre al contrario.
Procuraremos que el otro pulgar también toque el centro de la mano contraria con lo que recrearemos el símbolo del TaiJi, donde los ocho dedos corresponden a los Ocho Trigramas del BaGua y los pulgares al Yin y el Yang entrelazados.
La mano derecha de la mujer y la izquierda del hombre son Yang y las opuestas Yin y con el sello de Xiu Lian escenificamos la unión de ambos.
Esta explicación recuperada del Maestro de mi Maestro, Tian Cheng Yang, nos recuerda además que la invisibilidad del Tao es perceptible a través de la práctica del Xiu Lian, cultivando el espíritu y practicando con el cuerpo.
El Xiu Lian procede del Tao Te King y comprende la teoría esencial que engloba el cultivo del Tao interior alimentando la Virtud en el exterior.
Relajar la respiración
Por regla general, acostumbramos a respirar superficialmente, es decir, mediante pequeñas inhalaciones y exhalaciones que no completan la mayor parte de la capacidad de nuestros pulmones y por tanto, la posibilidad de relajarnos y concentrarnos.
Cuando al respirar trabajamos mayormente el diafragma respiratorio, en lugar de expandir la caja torácica, se habla de respiración diafragmática o respiración abdominal natural.
Es decir, cuando respiramos, sea como sea, trabajan varias zonas musculares, pero en la respiración diafragmática el “trabajo” o movimiento muscular se centra en la zona baja de los pulmones, en la zona diafragmática.
El diafragma, al moverse, mueve el abdomen, y por eso también se habla de respiración abdominal y no porque el abdomen trabaje en la respiración.
La respiración diafragmática lleva gran cantidad de aire a la zona baja de los pulmones, que es la que tiene mayor capacidad, por ello garantiza una mejor ventilación, captación de oxígeno y limpieza de los pulmones con la exhalación.
Otro aspecto interesante de la respiración diafragmática es que el movimiento del diafragma activa el sistema nervioso parasimpático, encargado de la “respuesta de relajación” del organismo.
Además, el diafragma responde a un movimiento respiratorio involuntario pero también podemos intervenir en su movimiento.
Por ello en prácticamente todas las técnicas de relajación se utiliza la respiración diafragmática, aunque muchas veces se habla de “respiración profunda”.
Ventajas de la respiración diafragmática:
- Lleva gran cantidad de oxígeno a los pulmones
- Ventila y limpia los pulmones
- Activa la respuesta de relajación del organismo
- Estimula al corazón y la circulación
- Masajea los órganos
- Ayuda al tránsito intestinal
La respiración diafragmática se puede dirigir y mejorar. Es muy importante no forzarla. No debemos llenar los pulmones como un globo, lo que podría incluso producir estrés, ni sostener la inhalación largo tiempo.
La respiración adecuada debería producirnos placer.
Cuando estamos aprendiendo a realizar la respiración diafragmática es útil acostarse boca arriba y cuando tengamos práctica realizarla sentados, de pie, caminando…
Con esta técnica conseguimos de una forma más fácil acumular el Qi en el DanTian y desde allí distribuirlo por nuestro cuerpo.
Practicar la respiración diafragmática
Para empezar podemos colocar una mano en el abdomen y otra en el pecho, de esta forma nos ayudará enormemente el sentir el desplazamiento de las principales partes orgánicas que entran en juego.
Al inhalar profundamente, sentiremos como los pulmones se llenan de aire y el diafragma baja, retrocede. Mientras inhalamos hemos de asegurarnos relajar el vientre, permitiendo así que el diafragma descienda libremente con el resto de órganos y que los pulmones se ensanchen con facilidad.
En el siguiente paso, hemos de procurar que la exhalación sea suave y lenta, alargándose aproximadamente el doble que la inhalación. El diafragma, relajado, vuelve a ascender empujando a los pulmones que vacían así el aire expulsándolo.
Prueba a quedarte un instante con los pulmones vacíos, sintiendo cómo te vas relajando, y en cuanto sientas nuevamente el impulso de inhalar, hazlo profunda y lentamente volviendo a llenar tus pulmones mientras tu abdomen sube.
Practica la respiración diafragmática durante el tiempo que quieras. Puedes usarla para relajarte antes de dormir o para comenzar el día oxigenando plenamente. Y recuerda no forzar, sino no alcanzarás la relajación profunda que da la correcta respiración diafragmática.
Existe otro método denominado respiración abdominal inversa, en se procura vaciar el abdomen al exhalar. Este es habitual en la práctica de las Artes Marciales externas, donde en los movimientos de ataque se exhala y el abdomen se tensa, favoreciendo la aplicación de la fuerza.
En ocasiones este método va acompañado de una espiración sonora o como se denomina en el arte marcial del Taekwondo coreano kihap (Ki “energía universal”, Hap “armonización”).
Relajar la mente
Quizás sea este el paso aparentemente más dificultoso para quien se inicie en la práctica de la meditación, pero puede facilitarse enormemente si en nuestro comienzo no olvidamos la premisa de la paciencia, la perseverancia, la motivación y los recursos que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestras prácticas iniciales, como lo son la posición y la respiración.
No podemos olvidar que en nuestra mente, residen todas aquellas situaciones, dificultosas o no, que consciente o inconscientemente enturbian el agua de nuestro lago interior, o como mencioné anteriormente, como nubes que ensombrecen la cima de nuestra montaña hemos de despejar con el viento, nuestra respiración.
La respiración será nuestra mejor aliada en la concentración y relajación, a la cual acudiremos una y otra vez cuando nuestros pensamientos vuelvan a alocar nuestra mente.
La práctica o entrenamiento de la concentración y la relajación mental puede ser extraordinariamente beneficiosa, además de para nuestro crecimiento espiritual, para superar innumerables dificultades en nuestra vida cotidiana.
Al contrario de lo que aparenta, la práctica para calmar nuestra mente, (que recordemos no significa el conseguirlo sino el iniciar un Camino hacia adelante) es sencilla.
Es posible que en el transcurso de nuestra relajación corporal o incluso en el proceso de práctica de la respiración, nuestros pensamientos ya empiecen a invadirnos, saltando de uno a otro con una sencillez que reconocemos normal y nos distraiga.
Lo importante de esta situación es que en un momento u otro nos habremos dado cuenta, y por tanto hemos de volver a la concentración en lo que nos llevaba nuestra intención inicial, volviendo a contar semillas de nuestro mala, respiraciones, o incluso a la reflexión meditativa sobre el tema al que queremos prestar atención.
Podemos visualizar a la incursión de esos pensamientos en forma de nubes que en cada exhalación, se van alejando de nuestra cima.
Solo la práctica nos llevará al momento en que la calma y la paz alcanzadas nos permitan, cada vez más, conseguir en el momento escogido un estado real de auto-observación y sus beneficios, llevando así la meditación a tu vida.
Para la meditación taoísta, calmar la mente conlleva calmar el espíritu. El Maestro Tian Cheng Yang nos menciona una regla secreta para armonizar el corazón:
…manteniéndolo tranquilo (sin pensar) como el agua del lago sin viento y limpio como el agua del manantial. Se ha de sentir como la mar profunda y calmada. Profunda porque el sentimiento se une a la respiración, lentamente, hasta el DanTian como en el fondo del mar. Calmada porque el sentimiento une la respiración tranquilamente, poco a poco hasta el DanTian; debe quedar como cuando en el mar cesa el viento y se calman las olas.
La Pequeña Circulación Celeste
También conocida como Órbita micro-cósmica, la Pequeña Circulación Celeste hace referencia al recorrido de los dos principales meridianos del cuerpo, pudiendo utilizar su visualización en prácticas meditativas tanto estáticas como en movimiento.
El meridiano Du, o Vaso Gobernador que va desde el perineo, hacia atrás y hacia arriba, siguiendo en línea recta por la columna vertebral hasta el cráneo, pasa por la línea imaginaria que lo divide y baja por la frente y la nariz, acabando sobre el labio superior.
El meridiano Ren o Vaso Concepción comienza debajo del labio inferior y sigue en línea recta descendente por la garganta, tórax, abdomen y genitales para llegar al perineo.
La meditación de la pequeña circulación celeste consiste básicamente en tratar de guiar el Qi con nuestro pensamiento por el circuito formado por estos dos meridianos. Se comienza tomando conciencia de la postura (sentado o de pie) y de la respiración. Se coloca la lengua en el paladar, en Tian Qi durante toda la práctica con el fin de cerrar el circuito microcósmico y permitir la unión del Qi del Yin y del Yang.
A continuación nos concentramos un tiempo en el DanTian inferior. Simplemente tratamos de enfocar allí nuestra mirada interna.
Después de unas cuantas respiraciones, dirigimos nuestra atención al perineo, en el punto energético Hui Yin, que contraeremos a modo de impulsión de la energía hacia arriba.
En Yoga denominan a este impulso aplicar Mula Bandha. A partir de este punto, subimos por la espalda recorriendo el camino del meridiano hasta la coronilla, y desde aquí hasta el entrecejo donde se penetra un par de centímetros hacia el interior y se baja al punto en el paladar donde aproximadamente habremos colocado la lengua y cerrando el circuito.
Desde aquí bajaremos por la garganta, siguiendo el camino del meridiano Ren de nuevo hasta el perineo.
Atendiendo a la experiencia y facilidad en la práctica, cada inhalación y exhalación irá acompañada de la visualización de una parte cada vez mayor del recorrido del Qi a través de este circuito, en el que procuraremos conseguir todo el recorrido de Du Mai con una inhalación y el de Ren Mai con la exhalación.
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