Mediante la postura de Wu Ji escenificamos la Creación.
O más bien, previo a ella, lo que sería la Nada, la quietud y el vacío, y así mismo el todo, como el simbolizado en un Enso japonés relacionado con el Zen y en donde la mente es libre para que el espíritu sencillamente se ponga a crear, preguntándose a sí mismo y por consiguiente autobservándose previo a la manifestación de la dualidad. Los opuestos han de danzar, pero no todavía…
Con la posición Wu Ji o de Energía Primigenia, podremos reconocer mediante la visualización cada una de las partes de nuestro cuerpo y fortaleceremos nuestra base aprendiendo a mantener el cuerpo, mente y energía equilibrados. El ejercicio de mantener esta posición inicial tiene como objetivo transformar la energía interna e incluso generarla, tal y como nos muestra la Naturaleza en el enraizamiento de los árboles.
Wu Ji, en cierto modo podríamos interpretarlo como “sin forma”. Es una postura donde cuerpo y mente se encuentran en un estado neutro, no existiendo movimiento ni pensamiento. Se basa en la concepción filosófica taoísta del origen del Universo antes de su materialización y donde se considera un estado de vacío, sin espacio, movimiento ni tiempo.
La existencia de la dualidad Yin Yang no se encuentra presente todavía. Wu Ji es la preparación a cualquier movimiento que sucederá a continuación, de pie e inmóvil.
Manteniendo esta posición respiraremos de una forma natural, lenta y centrándonos en el DanTian inferior, sin forzar el aire a entrar o salir, buscando el silencio interior, el vacío y la quietud. Observaremos la relajación del cuerpo en todas sus partes, tratando de relajar aquellos puntos en los que se observe mayor tensión.
La calma en nuestros pensamientos y la respiración sosegada nos inducirán a la conexión interior y a la manifestación del vacío que favorecerá la concentración en el control interno de la energía.
La sonrisa interior
La Sonrisa Interior es una práctica taoísta asociada a la meditación, especialmente al estado de concentración que antecede dicho trabajo meditativo, bien estático o en movimiento.
Los taoístas defienden que al sonreír segregamos una sustancia que alimenta todo nuestro cuerpo. Hoy numerosos ensayos médicos en Occidente demuestran en este ejercicio un incremento de la actividad energética en la glándula tiroidea facilitando por tanto la eliminación del estrés, además de aliviar la depresión y bajar la presión arterial.
Esta práctica, a un nivel inicial, es muy sencilla: consiste en recordar cualquier situación agradable o visualizar nuestra propia sonrisa como si nos encontráramos delante del espejo.
Alguien me sugirió una vez ayudarme del pensamiento sobre la inhalación de una flor de azahar, con ese estímulo interno, me acerqué a la práctica de la Sonrisa Interior.
Con la mente relajada trasladaremos esta sonrisa, con nuestro pensamiento e intención, por el resto de nuestro cuerpo, en sentido descendente y acompañando al ejercicio unas acompasadas respiraciones, sintiendo como cada una de las partes a la que dirigimos la Sonrisa Interior entra en un profundo estado de calma y bienestar.
Práctica de Wu Ji
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- Coloca los pies paralelos, con las puntas hacia adelante y separados hasta la anchura de los hombros. También puedes colocar los talones juntos con las puntas de los pies ligeramente separadas. En cualquier caso, debes distribuir de manera uniforme el peso del cuerpo en ambos pies, bases del equilibrio y fuentes de la energía procedente de la yierra.
- Hunde los pies en el suelo, como si los enraizaras en la tierra. La energía asciende por tus piernas a través de las plantas de los pies y se acumula en el DanTian inferior.
- Flexiona ligeramente las piernas, relajado pero sin agacharte.
- Alinea la columna vertebral de forma que parezca una espiga vertical, desde el sacro hasta la parte superior de la cabeza, manteniéndola erguida y relajada a la vez, de la misma forma que los hombros y el cuello.
- Relaja los brazos y sepáralos ligeramente del cuerpo, manteniendo las axilas ahuecadas. Separa levemente los dedos y estíralos pero sin tensión; los pulgares deben estar próximos al resto de los dedos.
- Relaja el abdomen, el diafragma, permitiendo que los pulmones trabajen con naturalidad.
- La cabeza erguida y el cuello relajado, con los músculos de la cara también completamente relajados y con la boca ligeramente cerrada y sin apretar los dientes.
- Deja caer la barbilla ligeramente, alineando así las cervicales con el resto de la columna.
- La lengua debe tocar, decidida pero suavemente, la parte superior del paladar.
- Mira serenamente hacia el horizonte, con los ojos entrecerrados permitiendo mantener siempre un contacto visual con la luz de tu entorno y mantén siempre una Sonrisa Interior.
Manteniendo esta posición deberemos respirar por la nariz de una manera natural, lenta y conscientemente, centrándonos en el DanTian inferior, sin forzar el aire a entrar o salir, buscando el silencio interior, el vacío y la quietud.
Observamos la relajación del cuerpo en todas sus partes, tratando de prestar mayor atención a aquellos puntos en los que se observe mayor tensión.
La observación de la relajación muscular, el aquietamiento de la mente y la respiración acompasada deben inducir a la concentración interior, a la manifestación del vacío y a la falta de intención que favorezca la conciencia en el manejo interno de la energía.
Realizaremos el ejercicio de relajación durante el tiempo necesario para visualizar todas y cada una de las articulaciones principales y que permita alejar las posibles tensiones. Tras ello, mantendremos la conciencia en el DanTian, el Centro del Ser.
Me encanta esta filosofía de vida,cómo tengo problemas de huesos,el chiqung,y todas las técnicas relacionadas,me sirven tanto para ejercitar mi cuerpo y mi mente.Gracias