La práctica de Reiki recomienda seguir 5 principios en tu día a día.
Mikao Usui comprendió además que su misión no era solamente curar el cuerpo físico, sino que debía ayudar a los demás a tomar a su cargo su propia sanación y que para ello toda curación llevaba consigo un cambio de actitud ante la vida, apartando las actitudes y pensamientos negativos y abriéndonos a lo positivo y al amor del creador, el Amor Incondicional.
Así enunció los cinco principios del Reiki, que son unas normas básicas de comportamiento y de ética que se deben practicar e interiorizar hasta convertirlos en principios rectores de nuestra vida, de forma que queden integrados como valores superiores en nuestro aura y nuestro sistema energético para que al realizar las transmisiones podamos , además de lograr la sanación física , lograr simultáneamente la sanación a los niveles mental, emocional y espiritual.
Los 5 principios del Reiki
1. SOLO POR HOY NO TE PREOCUPES .
Las tres palabras que Usui antepone a cada principio, «Sólo por hoy», quieren simbolizar la idea del «aquí y ahora», indicándonos que no debemos tener remordimientos por el pasado, de forma que si alguna acción nuestra del pasado nos produce inquietud o sentimientos de culpabilidad debemos comprender que en aquel momento concreto actuamos según nuestros condicionamientos de entonces y que aquello fue el resultado de nuestro grado evolutivo anterior, por lo que actuamos lo mejor posible en ese momento, y que por ello, debemos agradecer la lección que aprendimos permitiendo que no vuelva a repetirse en nuestra vida.
Asimismo, tampoco debemos preocuparnos por el futuro, porque nosotros mismos lo creamos, y las situaciones por las que pasamos son exactamente las que necesitamos en cada momento, ya que cada una encierra una lección que debemos aprender para nuestro proceso evolutivo. Debemos agradecer cada situación , sea agradable o no, y seguir nuestro camino con aceptación, paz y amor.
La preocupación suele estar generada por el miedo. Debemos asumir que el miedo nos acompañará en nuestro camino de crecimiento, ya que hemos de asumir riesgos para avanzar. Así debemos aliarnos con el miedo y convertirlo en nuestro amigo afrontándolo desde una actitud de poder reforzada con un trabajo interior de autoestima, de amor y de confianza en nosotros, en los demás y en la sabiduría de la vida.
Tanto la preocupación como el miedo influyen negativamente en nuestro sistema energético y produce bloqueos que pueden dar lugar a enfermedades, ya que producen en nuestro organismo modificaciones fisiológicas (taquicardia, respiración superficial, aumento de la presión sanguínea…) que merman nuestra capacidad inmunológica haciéndonos más vulnerables a la enfermedad.
Por ello hay que educar la mente para adoptar una actitud de neutralidad ante las situaciones de la vida capaces de afectarnos, y esforzarnos en cultivar la alegría, el optimismo y la confianza:
– ser consciente de tu realidad; eres un ser espiritual con esencia divina capaz de superar por tí mismo cualquier obstáculo.
– confiar ciegamente en tu Yo superior que todo lo sabe, una vez interiorizado esto, te llevará a una vida sin preocupaciones
– adornar tu rostro con una sonrisa, cultivar el optimismo. Recuerda que lo que das al Universo te será devuelto.
2. SOLO POR HOY NO TE IRRITES
La irritación es un estado de desarmonía que proviene principalmente de sentimientos de cólera o de ira, generados porque queremos controlar y dominar todas las situaciones. De modo que cuando los acontecimientos escapan a nuestro control tenemos sentimientos de enfado, rabia, odio, cólera…que nos producen un estado de alienamiento de nuestro Yo superior y de la conciencia universal.
Cuando te sientas furioso recuerda que esta furia te está impidiendo expresar tu amor incondicional, separándote del sentimiento de unión y de formar parte del Todo.
Ten siempre presente que cada situación de tu vida es originada por una causa que origina un determinado efecto necesario para tu crecimiento; por ello, no sirve culpar a los demás o buscar motivos de tu ira en causas externas.
Recuerda que lo que piensas y sientes de los demás es un reflejo de ti mismo y asume por tu cuenta la responsabilidad y el control de tu propia vida. Interioriza que las causas de tu irritación están dentro de ti y que sólo tú y tu trabajo interior pueden superarlas.
3. SOLO POR HOY SE AMABLE CON LOS DEMÁS Y RESPETA A TODO SER VIVIENTE.
Todo lo que existe procede de la misma Fuente; todos tenemos un origen común, que fue la voluntad original del Creador de darnos la vida y de que todo lo que existe en nuestro entorno nos acompañe durante nuestra estancia en la Tierra.
Por ello, todos estamos impregnados de la esencia divina y con la individualidad que se nos ha concedido, formamos parte de la Unidad Cósmica y Universal.
Así todo entidad con la que tenemos contacto (persona, animal, vegetal o mineral) es merecedora de nuestro respeto, amabilidad, compasión y amor; y esta actitud de amoroso aprecio hacia todo lo creado nos hace recordar que todos procedemos de un mismo origen situándonos en una situación que nos satisface emocionalmente y que colma nuestras expectativas vitales y nuestra duda existencial, al sabernos como parte de la creación, lo que nos hace sentirnos nutridos por la sensación de pertenencia a la Conciencia de la Unidad Cósmica y Universal.
Cuando proyectamos estos sentimientos vibracionales de amor y de energía positiva a nuestro entorno comenzamos también a recibirlos.
Así el primer paso para realizar este principio es quererte y respetar a ti mismo, es realizar un acto de amor hacia ti y hacia los demás, aportándote alegría de vivir y satisfacción y dejar atrás los pensamientos y actitudes negativas, que generan insatisfacción y te hacen sentir alejado de la Fuente.
Hoy seamos amables, agradecidos y honremos a nuestros Maestros, nuestros ancianos, nuestros padres y antepasados.
4. SOLO POR HOY TRABAJA CON DILIGENCIA, DA LO MEJOR DE TI.
El trabajo que realizas es una parte de ti mismo, de tu Energía Vital, que cedes al mundo y a la colectividad en que vives en forma de actividad física o intelectual. Primero debes amar lo que haces. Si no te gusta lo que haces , debes cambiar de actividad y si no puedes o no quieres cambiar de actividad, al menos has de cambiar tu actitud respecto a lo que haces, de modo que tus tareas se conviertan en actividades dignas de tu aprecio y amor. Las tareas son tareas, ni mejores ni peores, lo único que le da más o menos valor para ti es lo que tú piensas de ellas. Modificando tus creencias hacia tu trabajo, puedes pasar de una situación decepcionante para ti a un nuevo estado de satisfacción, alegría y amor hacia lo que haces, un sentimiento interior de que lo que estás realizando es «algo digno de valor». Una de las consecuencias de amar nuestro trabajo es que después lo realizamos honradamente, lo que supone desarrollarlo bajo los principios del amor a ti mismo y a los demás, aportando luz y claridad a todas nuestras actividades.
«antes de la iluminación, cortar madera y llevar agua; después de la iluminación, cortar madera y llevar agua». Proverbio Zen.
5. SOLO POR HOY SE AGRADECIDO POR TODAS LAS BENDICIONES DE LA VIDA.
La gratitud es un mecanismo psicológico y una herramienta espiritual para seguir recibiendo los dones que nos concede el Universo al grabar en nuestra mente una sensación de pertenencia a la fuente de donde Todo proviene.
Está relacionada con la abundancia, el éxito y la prosperidad, ya que el Universo nos provee de todo lo que necesitamos para nuestro crecimiento; por ello, al adoptar una actitud de agradecimiento al creador por todo lo que tenemos, nos sitúa en una posición ventajosa para seguir recibiendo, mientras que si nos centramos en lo que creemos que nos falta, caeremos en la vía de la carencia, la frustración y la insatisfacción.
«Tú eres un ser único, universal y divino, y tienes tanto derecho a la abundancia universal como cualquier otro».
Interiorizar esta realidad y tenerla siempre presente, nos hará agradecer lo que ya tenemos y podemos seguir recibiendo.
La gratitud por todo lo que tenemos, somos y hemos recibido es un estímulo que acaricia nuestro espíritu para seguir avanzando, dándonos las gracias por todo y especialmente por los pequeños pasos que cada día nos permiten avanzar.
La gratitud hacia nosotros mismos nos produce más seguridad en nuestras capacidades para poder superar las continuas dudas, miedos y temores que se nos presentan.
La gratitud es la semilla de la fe porque con cada acto de gratitud se crea en nuestra mente una actitud de agradecimiento que espera recibir más, y con la repetición esta espera se convierte en certeza.
El mecanismo del espejo universal refleja todo lo que enviamos, de forma que para conseguir la prosperidad debemos dar gracias constantemente como si se te hubiesen concedidos tus deseos, los cuales empiezan en el pensamiento como simples ideas y van haciéndose realidad cuanto más pienses en ello. Cuando te concentras en lo que deseas ver realizado, desde tu corazón, le estas aportando energía manifestadora y se puede reforzar este proceso de manifestación dando las gracias como si ya lo hubieras recibido.
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